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Confías en el proceso?

Cómo se confía en el proceso? No sé si la respuesta tiene más que ver con el proceso o con la confianza. Imagínate hacer frente a la vida sin confiar en tus pasos, lo más probable es que terminemos quietos, sin alcanzar nuestro potencial por miedo a fracasar en el intento. No sé en qué momento de la vida la presión de lo que se debería estar haciendo en la vida comienza a subir de peso y hace la carga imposible. Inmoviliza. Y como todo cuerpo que se refugió en el reposo, le duele volver a moverse; pero detrás de la pesadez muscular se enciende una chispa de satisfacción.


Hoy estuve buscando un poco de información sobre cómo ayudar a mis hijos en este regreso a clases virtual y casi todo se enfocaba en ayudar a desarrollar la confianza en sí mismos, pero no una confianza enfocada en la meta sino en el proceso, a reinterpretar el error e incorporarlo como una oportunidad de aprendizaje. Y en esa búsqueda encontré esta página que tiene un desarrollo interesante de algunas recomendaciones o enfoques sobre la Confianza en uno mismo.


Aquí lo comparto:


"No esperes a sentirte preparado antes de dar empezar tu propio negocio o dar tu primera charla en público, porque te quedarás esperando toda la vida. Actúa sin confianza, y la confianza vendrá después.

No te estoy proponiendo hacer nada que no hayas hecho antes. Si aprendiste a ir en bicicleta, imagino que al principio tendrías miedo de caerte. Pero no esperaste a vencer ese miedo y sentirte totalmente seguro antes de subirte a la bici: te montaste en ella y poco a poco fuiste sintiéndote más confiado." Aquí da 10 consejos o recomendaciones que cito textualmente para darnos un empujoncito:


1. Deja de perseguir la confianza

Antes de empezar me gustaría recordarte algo fundamental, pero que a menudo se nos olvida:

Es imposible sentirse siempre confiado.

Nuestro nivel de confianza fluctúa. La misma persona se puede sentir muy segura de sí misma al encontrar el trabajo de sus sueños, y totalmente deprimida si es despedida. Y es normal.

Nadie escapa de esto. ¡Incluso gente de tanto éxito como las actrices de Hollywood han confesado sentirse como un fracaso en multitud de ocasiones!

Así que no intentes estar siempre confiado y seguro de ti mismo. Se ha demostrado científicamente que cuanto más lo persigas, más inseguro y triste te sentirás.


A este efecto se lo conoce como la ley del esfuerzo invertido, y es que mucha gente tiene una necesidad tan grande de sentirse siempre bien que eso mismo les añade presión y termina deprimiendo.


2. Empieza por poco

Bednar y Peterson, dos psicólogos especializados en autoestima, observaron un extraño fenómeno en sus pacientes.

Comprobaron que su autoestima no dependía del resultado de sus actos. Cuando uno de ellos no se presentaba a un examen para el que se había estado preparando, se sentía mucho peor que si lo intentaba y suspendía.

Dicho de otra forma, el orgullo por haberlo intentado eclipsaba la decepción de no haber aprobado.

Este es el verdadero círculo virtuoso de la confianza: tu seguridad aumenta cuando, simplemente, actúas. Y actuar es lo que te permite sentirte más confiado.

Recuerda: el origen de la confianza consiste en empezar a actuar, por pequeño que sea el primer paso.

Consejo

Toma alguna pequeña decisión que no suponga un gran compromiso, pero que te acerque un poco más a algo que llevas tiempo queriendo hacer.


Por ejemplo, si quieres mejorar tu capacidad de hablar en público puedes apuntarte a un curso. ¡Pero no hace falta que vayas todavía! El simple hecho de apuntarte aumentará tu autoestima y hará que el reto ir a clase parezca más asequible.


3. Encuentra los motivos para confiar en ti

Mucha gente tiene la costumbre de menospreciar sus logros.

A esto se le conoce como el síndrome del impostor. Atribuyen sus éxitos a la suerte, y se convencen a sí mismos de que son un fraude y no merecen lo que han conseguido.

Si crees que es tu caso, debes ser más consciente de tus logros y las cualidades personales que los han hecho posibles. Eso te ayudará a valorarte más.

Para ello, haz un listado de 3 éxitos que hayas conseguido en tu vida, ya sean en el ámbito laboral, académico o personal, e identifica la cualidad que necesitaste para lograr cada uno de ellos.

Si por ejemplo terminaste una carrera mientras trabajabas, seguramente eso signifique que eres determinado y perseverante, ¿verdad? Pues no lo olvides.


Consejo

Identifica qué valores y cualidades te han permitido lograr tus éxitos, porque esos son los motivos que te ayudarán a superar el síndrome del impostor y confiar más en tus capacidades. 4. Recuerda tus valores

Según algunas corrientes del pensamiento positivo, nuestra mente es capaz de crear la realidad que le decimos.

Supuestamente, repitiendo mantras como «Soy fuerte y no tengo nada que temer» o «Soy alguien extraordinario», nuestra mente lo interiorizará y conseguiremos la confianza para lograr todo lo que nos propongamos.

La idea es bonita y apetece creérsela. Pero es falsa.

Un estudio quiso comprobar de una vez por todas la eficacia de este tipo de afirmaciones positivas. Y el resultado fue que aquellos participantes con baja autoestima que las utilizaron no solo no consiguieron aumentarla, sino que se sintieron peor.

La razón por la que estos mensajes no funcionan es porque el cerebro no es ingenuo. Si nos decimos que somos o maravillosos, nuestra mente se plantea de inmediato una pregunta: ¿qué motivos tengo para creerme eso?

Y si no es capaz de encontrar la respuesta, no se lo va a creer.

Este tipo de afirmaciones solo funcionan cuando sabes que lo que te estás diciendo a ti mismo es verdad.

Y no hay ninguna verdad más indiscutible que tus valores.

Esto es lo que comprobaron en un estudio realizado en la Universidad de California. Los participantes tuvieron que improvisar un discurso delante de un jurado, y al finalizar se les ordenó empezar una cuenta atrás en intervalos de trece ¡empezando por el número 2083!

Al terminar el estudio se midió su nivel de cortisol, una hormona que aumenta en situaciones de ansiedad. Pero había un pequeño detalle: antes del experimento un grupo de participantes había escrito una reflexión sobre uno de sus valores personales.

Este grupo presentó niveles de cortisol significativamente más bajos que el resto de participantes. La presión les afectó mucho menos.


5. Olvídate de marcarte objetivos

El 10 de mayo de 1996, ocho escaladores murieron congelados mientras intentaban descender la cima del Everest, atrapados por una enorme tormenta de nieve.

La explicación del doctor Kayes, un experto en comportamiento de organizaciones que ese día se encontraba en la zona, es que los alpinistas fueron arrastrados hacia la muerte por culpa de la obsesión con su objetivo.

El objetivo de coronar el Everest se había convertido en parte de su identidad. No se podían imaginar a sí mismos abortando la misión a escasos metros de la cima y, por eso, ignoraron todas todas las señales de peligro que les aconsejaban regresar de inmediato y siguieron adelante.

Los objetivos tienen un lado muy oscuro. Aunque en los últimos años se ha popularizado la creencia de que definir objetivos es el secreto del éxito, la realidad es que marcarte metas es un grave problema si no eres capaz de aceptar que puedes fracasar.

Por eso es mejor guiarte por algo distinto que a estas alturas ya debería resultarte familiar: tus valores.

Tus valores definen los principios sobre los cuales quieres vivir. Y además difícilmente fracasarás en ellos. Si quisieras subir al Everest pero te guiases por el valor de la perseverancia, podrías sentirte orgulloso de ti por intentarlo aunque nunca llegases a alcanzar la cima.

Utilizando tus valores para centrarte en el proceso, evitarás preocuparte por esas metas de las que haces depender tu felicidad.

6. Utiliza una pose de triunfo

La doctora Amy Cuddy descubrió en uno de sus experimentos que adoptar durante 2 minutos una pose de poder aumenta los niveles de testosterona y disminuye los de cortisol, la hormona del estrés.

¿La consecuencia? Te sientes más confiado y dispuesto a correr riesgos.

La explicación de Cuddy es que existe una comunicación de doble sentido entre la mente y el cuerpo. Cuando estás orgulloso, tu postura lo refleja. Pero si cuando estás triste adoptas una pose de triunfo, poco a poco irás sintiéndote más confiado.

Nota: Las poses de poder son aquellas que expanden tu cuerpo, como las que hacen los deportistas cuando ganan (brazos levantados, pecho hinchado y mentón hacia arriba). Posteriormente se ha comprobado que su eficacia depende de muchas variables, pero te recomiendo que lo compruebes por ti cuando necesites sentirte más seguro.


7. Reinterpreta tu miedo

¿Sabías que, en realidad, el miedo y la excitación están provocados por la misma sustancia?

Sí, se trata de la adrenalina, y aunque psicológicamente ambas emociones sean distintas, biológicamente tu cuerpo responde exactamente de la misma forma a las dos.

Eso significa que, teóricamente, sería posible usarla para sentir excitación en lugar de miedo.

En un estudio científico, la doctora Alison Brooks separó varios estudiantes en tres grupos. Para generarles ansiedad, les mandó hacer una presentación individual mientras un jurado les evaluaba.

Al primer grupo no le dio ninguna instrucción previa, mientras que al segundo y al tercero les hizo repetir en voz alta «Estoy tranquilo» y«Estoy entusiasmado», respectivamente.

El resultado fue que los estudiantes del tercer grupo, aquellos que intentaron interpretar sus nervios como entusiasmo en lugar de miedo, lo hicieron mucho mejor.


Consejo La próxima vez que te enfrentes a un reto, intenta imaginarte que los nervios que te provoca el miedo son, en realidad, nervios de emoción producidos por tu entusiasmo. Te sentirás más confiado.

8. Toma más pequeñas decisiones

De la misma forma que empezar a actuar es el origen de la confianza, tomar decisiones también es un gran refuerzo.

Se ha demostrado científicamente que tomar una decisión, por pequeña que sea, activa tu córtex prefrontal, reduciendo tu preocupación y aumentando tu seguridad.

Si tomas decisiones habitualmente, te sentirás con mayor control en tu vida. Empezar con pequeñas decisiones cotidianas ya es suficiente, como por ejemplo:

  • Elegir la película que irás a ver con tu pareja.

  • Decidir el restaurante donde cenarás con tus amigos

Poco a poco te sentirás capaz de tomar decisiones más difíciles pero importantes para ti, como por ejemplo apuntarte a un coro cuando tu pareja cree que es una pérdida de tiempo. Consejo

No evites tomar las pequeñas decisiones que se presentan en tu día a día. Hacerlo aumentará tu confianza para retos mayores.


9. Usa la técnica de la máscara

¿Recuerdas cuando te disfrazabas en Carnaval y no parabas de hacer travesuras?

¿Por qué te comportabas así si en tu día a día eras introvertido y reservado?

Porque estabas interpretando un papel.

A este fenómeno le llamo la técnica de la máscara, y se trata de una poderosísima herramienta psicológica para lograr más confianza.

La técnica de la máscara es lo que ayudó a Beyoncé a superar su miedo a subir a un escenario. Creó a Sasha Fierce, un alter ego sensual y carismático, a la que interpreta cada vez que tiene que actuar delante de miles de seguidores. Esta técnica consiste en crearse otra personalidad, un personaje que te permita salir de tu realidad para atreverte a hacer cosas que habitualmente no harías. Esto te protege frente el fracaso, porque dejarás de vivirlo como si hubieras fallado tú: ha fallado tu personaje.


Consejo Cuando sientas que el miedo te paraliza, ponte en la piel de algún personaje valiente y temerario, y empieza a actuar como él.


10. Trátate como un amigo

¿Qué te dices a ti mismo cuando fracasas?

Probablemente eres duro contigo mismo, ¿verdad? Estoy seguro de que a veces han cruzado tu mente mensajes como «¡Eres un fracasado!» o «¡No sirves para nada!»

Pero ¿qué les dices a tus amigos cuando ellos fracasan?

¿Les dices que no sirven para nada? ¿O les intentas consolar y animar para que no se depriman?

¿Qué ocurriría si empezaras a tratarte como un amigo cada vez que fracasas?

En este concepto se basa en un método científico que está revolucionando la comunidad científica gracias a sus impresionantes resultados. Es capaz de reducir la inseguridad, ansiedad y estrés y aumentar la cantidad de pensamientos optimistas.

Este método se llama autocompasión.

La autocompasión no significa sentir pena por ti, sino tratarte como tratarías a un amigo cuando fracasas o te ocurre algo malo. Significa apoyarte y perdonarte en lugar de criticarte. Reconfortarte para volver a intentarlo en lugar de castigarte cuando cometes un error.


Consejo La próxima vez que fracases o te sientas mal por algo que te ha ocurrido, hazte la siguiente pregunta: «¿Qué le diría a un amigo que me contase que está pasando por esa misma situación?» Y dítelo a ti mismo.


Conclusión

Aprender a confiar en ti mismo es fundamental para salir de tu zona de confort y vivir una vida más plena.

Evita convertir la confianza en un objetivo en sí mismo. Los consejos y la conclusión son un extracto de un artículo de Pau Forner que estoy compartiendo en la entrada de este blog.






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